domingo, 28 de agosto de 2011

CONTAR ES SER

FRANCISCO GARZÓN CÉSPEDES (Cuba/España)
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DISCURSO CONTAR ES SER
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Contar es comunicación. Contar con todos es ser en la comunicación con los otros. Ser como uno es con uno mismo, compartir lo mejor de uno mismo. Contar es acto de amor colectivo.
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Decían ya hace siglos los primeros: Lo más importante es ser.
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Y esa sola palabra define el sentido de la vida. Tal es su verdad. Tal es su fuerza.
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Y qué difícil es ser. Qué batalla contra nuestros propios temores, contra nuestras pro-pias barreras, contra nuestras incapacidades. Y contra los errores, prejuicios, fronteras y mie-dos de los otros.
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Tan difícil como ser, resulta el darse a cada momento como uno es.
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Cuánto dejamos de compartir por no ser capaces de decir: Así somos.
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Cuánto dejamos de compartir por no arriesgarnos al rechazo o a la incomunicación. Cuando la mayor incomunicación es la de no mostrarnos tal como somos, la de no saber si podemos reconocernos en quien nos acompaña; e incluso, la de no exigir ser aceptados como somos y a la vez aceptar a los demás como son -siempre que su modo de ser no signifique estar en las filas de la reacción y la muerte.
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Todo acto de amor es limpia vida. Toda comunicación amorosa reafirma el universo.
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Cómo se puede creer en el acto de contar, si uno no cree en el ser humano.
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Cómo se puede creer en el ser humano, si no se cree primero en uno mismo. Si uno no se fortalece en su relación con los otros y si uno no es capaz de encontrar entre los otros la generosidad y la confianza, el amor y la entrega, que, desde uno, se reconoce en aquellos que en idéntica reafirmación y búsqueda, construyen. No en estado de gracia, sino en toma de conciencia. No en la perfección del espejismo, sino en la imperfección que lucha por ser mejor y por mejorar, humilde pero esforzadamente, el mundo.
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Me duele la desconfianza porque muchas veces es inseguridad de quienes me rodean. O desconocimiento. Me entristece el egoísmo, y la mezquindad, porque muchas veces son desgarramiento y sobrevivencia en quienes los proyectan. No conozco casi otro sentimiento tan terrible como la conmiseración. Y sin embargo, a veces para no odiar, para comprender, para tocar fondo, termino siendo conmiserativo. Sobre todo si creo que existe una mínima esperanza de transformación en ese ser humano que me despierta conmiseración. Hablo de los que crecen menos, de los que necesitan ascender hacia la verdad, que es vida compartida y es batalla por crear desde el amor. Por contar desde el amor.

Somos responsables por todo. La narración oral es transparente.



* Palabras de Francisco Garzón Céspedes, de 1981, y reescritas en 1990, y leídas en la Inauguración del Cuarto Encuentro Teórico Iberoamericano de Narración Oral Escénica, España, 1992.

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