lunes, 15 de diciembre de 2008

DE LOS CUENTOS HASTA EL INFINITO

FRANCISCO GARZÓN CÉSPEDES (Cuba/España)


HASTA MAÑANA POR LA NOCHE

“Hasta mañana por la noche no habrá otro autocar.” Sola, pájaro de un ala. Hasta mañana por la noche no habrá otro autocar. Sola, hoja de otoño. Hasta mañana por la noche no habrá otro autocar. Sola, único dado. “Hasta mañana por la noche no habrá otro autocar.” Sola, pájaro de un ala. Hasta mañana por la noche no habrá otro autocar. Sola, hoja de otoño. Hasta mañana por la noche no habrá otro autocar. Sola, único dado. “Hasta mañana por la noche no habrá otro autocar.” Sola…
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IMBECILIDAD

Pastaba que te pastaba que te pastaba que te pastaba que te pastaba que te…


LA CAFETERA BEBIÓ EL CAFÉ

La cafetera bebió el café, hervido en la cuchara, endulzado con la taza y con una pizca del plato como canela, todo para no servírselo al hombre tan descafeinado que la cafetera bebió el café, calentado en la cuchara, endulzado con la taza y con una pizca del plato como canela, todo para no servírselo al hombre tan descafeinado que... Y te lo cuento y te lo cuento porque curioso es. La cafetera bebió el café...
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EL GATO AL AGUA

El gato al agua mordió sus ojos, erizó sus uñas, sacó su lomo, cerró su cola. ¿Te lo cuento mal para que me lo cuentes bien? El gato al agua erizó sus ojos, cerró sus uñas, mordió su lomo, sacó su cola. ¿Te lo cuento mal para que me lo cuentes bien? El gato al agua...
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URGENCIA DE INICIAR EL TRÁNSITO

La luciérnaga no está satisfecha consigo ni con su fortuna. Se suicida por la urgencia de iniciar el tránsito. Ha decidido probar suerte y comprobar si, de tanto desearlo, puede reencarnar en un escarabajo. Se ha creído algo como que al fervor de los propósitos corresponde el milagro de los resultados. Y, asombrosamente, reencarna. Nace como escarabajo, uno que siente un inexplicable descontento por no alumbrar. El escarabajo no está satisfecho consigo ni con su fortuna. Se suicida por la urgencia de iniciar el tránsito. Ha decidido probar suerte y comprobar si, de tanto desearlo, puede reencarnar en una luciérnaga. Se ha creído algo como que al fervor de los propósitos corresponde el milagro de los resultados. Y, asombrosamente, reencarna. Nace como una luciérnaga, una que siente un inexplicable descontento por no alumbrar. La luciérnaga no está satisfecha consigo ni con su fortuna. Se suicida por la urgencia de iniciar…
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DULOGÍA DE NUNCA ACABAR DEL HOMBRE Y LA MUJER
QUE CAMINAN EN SENTIDOS DIFERENTES


DESDE ANTES SE HAN MIRADO

El hombre y la mujer caminan en sentidos diferentes y se cruzarán. Desde antes se han mirado y han fingido no haberse visto. Cuando se cruzan, ella con su mano izquierda le roza un muslo. Él con su mano izquierda le roza una cadera. Unos pasos más allá, como si algo hubieran olvidado, giran, se regresan, fingen que nada ha ocurrido. Cuando se cruzan, ella con su mano izquierda le roza una cadera. Él con su mano izquierda le roza un muslo. Unos pasos más allá, como si lo olvidado no importara, giran, se regresan, fingen que nada ha ocurrido. Cuando se cruzan están de nuevo cada uno en la dirección en que caminaban inicialmente. El hombre y la mujer no se miran. Quizás no han fingido. Quizás no se han mirado porque no se han visto. Quizás todos los roces, tan correspondientes, han sido casuales. Casuales.


DESDE ANTES SE MIRAN

El hombre y la mujer caminan en sentidos diferentes y se cruzarán. Desde antes se miran y cada uno deja constancia visual al otro de haberlo visto. Se detienen. Se quedan inmóviles en medio del río de transeúntes que forma la corriente a su alrededor. Están a entre cinco y diez pasos. Se recorren con los ojos. Se detallan. El hombre sonríe. La mujer sonríe. Son sonrisas casi imperceptibles. El hombre decide regresarse sobre sus pasos. La mujer no sigue su propio camino sino que también decide regresarse sobre sus pasos. Ahora caminan en sentidos diferentes pero no se cruzarán. Quizás no se han mirado por lo que no han podido dejarse constancia de que se han visto. Quizás el quedarse inmóvil sólo está relacionado con cada uno sin relación con el otro. Quizás no se han recorrido con los ojos ni se han detallado. Quizás nunca se han sonreído imperceptiblemente. Quizás no se regresan sobre sus pasos. No se regresan. Quizás… El hombre y la mujer caminan en sentidos diferentes y se cruzarán…
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